viernes, 11 de diciembre de 2009

Puente intenso

Otra vez me planto en las 5 de la mañana, y esta vez no es porque no pueda dormir, pues ni siquiera lo he intentado, sino simplemente porque se me ha ido el santo al cielo. A ver cuándo recuerdo que tendría que intentar dormirme antes de estas horas intempestivas, pues luego no aprovecho el día lo que quiero y podría.

Pese a que en el horizonte sobre Barcelona avistaba nubarrones negros, y de hecho el sábado hubo bastante tempestad (aunque ya venía de un tiempo agresivo en Madrid en los días previos), el domingo al llegar la noche comenzó de nuevo a aparecer el sol que yo llevaba tantos días esperando.

No, no hablaba del clima, pero el paralelismo bien me vale. Respecto a este tema, no está todo despejado ni mucho menos, pero también es perfectamente normal, y el estado es más que aceptable y con buena salud.

Me contrarío yo sola cuando me doy cuenta de cómo me afecta la situación de terceros, cuando resulta que contaba con tener el tema más que superado. Y sí, el tema superado está, claro, pero ¿cómo no va afectarme el ser sustituida en una situación en la que he estado inmersa más de 6 años?, ¿cómo no va afectarme el fracaso de algo por lo que lo di absolutamente todo y que me consumió durante tanto tiempo?, ¿cómo no van a dolerme los agravios comparativos? Es natural, soy humana, y no sólo eso, además soy una persona tremendamente insegura y con carencias afectivas. Es natural. Ves cómo alguien hace por otro (que podrá o no merecerlo, eso no viene al caso) lo que nunca hizo por ti, siendo que lo ansiabas, le querías y por él apostaste todo al mismo número e, inevitablemente, te parte el corazón. Porque no soy de hielo, soy de carne y hueso, y a falta de mayor autoestima, la estima de quienes me importan me vale de apoyo. Duele cuando alguien a quien quisiste trata a un desconocido mejor que te trató a ti, siendo que le diste todo sin ningún reparo.

Todo se supera, tarde o temprano, mejor o peor. No quiero decir con todo esto que yo me sienta mal, aunque el conocer el cambio de situación me afectara más de lo que pensé que iba a hacerlo. Pero la verdad es que estoy bien, aunque los agravios comparativos me reconcoman durante un rato.

Todo esto encadenado con más sucesos me van llevando a darme cuenta de que estoy cansada, hastiada. Estoy harta de ser como soy y que sea tan difícil que se me tenga en cuenta como se merece. Al parecer el karma no existe, es otra mierda más inventada para que las personas abnegadas no se rebelen al ver cómo la vida les suelta un bofetón tras otro.

Así que nada, no puedo cambiar quién soy ni cómo soy, al menos no en esencia, aunque pueda modificar alguna actitud y pueda aprender de algún error. Lo que sí que puedo y voy a hacer (o estoy haciendo) es pensar más en mí misma y en disfrutar de lo que tengo al alcance, en vez de pensar tanto en qué sería lo correcto. Porque lo correcto no siempre es lo que nos han dicho o tenemos asumido, puede ser lo que nos beneficie, siempre que no se dañe a nadie. Lo importante es ser fiel a los principios de uno mismo, o al menos eso es lo que creo.

Como broche final el lunes llegaron los reencuentros, y las sorpresas. Reencuentros con gente a quien quiero, gente que no veía en muchos meses y otros que no veía en años. Reencuentros todos satisfactorios, así que la noche pasó volando.

No quiero tener miedo a vivir ni miedo a equivocarme. No quiero pensar que hay gato encerrado cada vez que algo inesperadamente bueno se cruza en mi camino.

4 comentarios:

susej dijo...

Sé que no sirve de mucho.
Pero primera regla, piensa en ti.
Hagas lo que hagas que sea porque te parece a ti, no por lograr el beneplácito de nadie, sino porque te apetece, porque quieres. Así, sin más. Si esperas fuera, llegan los palos. Y en este mundo ya hay demasiados.

mJ dijo...

Gran sabio susej :)

Claudia, no sabes lo que te entiendo, pero todo va en relación a lo que dice este lobito. No podemos querer, pensar, hacer, partiendo de los demás, y de lo que hay fuera. Corremos el riesgo de que, cuando decidimos romper con eso, porque creemos en un principio que es lo mejor, de pronto valoramos nuestro sitio, nuestra persona pero cuando ya estamos agotados. Y claro, eso da que pensar, y quizas el tercero ya no vea las cosas como antes. Como dice mi "jefa" (no me gusta la palabra) a muchos pacientes: qué valoras más, un vaso de agua en el desierto o en casa que tienes el grifo a mano? :) Pos eso.

Yo he pasado por la misma situación, e incluso he estado luego en la boda de esa persona, y la verdad, es raro, te choca, pero por suerte he conseguido tener claro lo que el lobito dice :)

Un besote, guapa

Claudia dijo...

No tengo muy claro lo que intentas decirme, MJ, a ver si podemos hablar un día, guapa. Muchos besos :)

Claudia dijo...

Por cierto, que sí, que lo que dice el lobo, lo tengo claro. A ver si voy espabilando algo, aunque sea poco a poco...