viernes, 6 de abril de 2012

Defectos

Tengo muchísimos defectos, aunque espero que pese a ellos la gente me sepa apreciar por mis virtudes, como al resto de personas le sucede. Yo no soy distinta. Muchas veces tengo unas ganas tremendas de gritar y tirarme del pelo, de hacer algo que pueda cambiar la realidad que me rodea y por la que en ese momento me siento agobiada. A menudo, suelo tener que algo que ver con que la realidad me agobie, eso no lo discuto. En vez de gritar o montar el numerito padre, y que la gente se me quede mirando (cosa que odio), me conformo con dar el coñazo a quienes tengo cerca, hablar compulsivamente con cualquiera, publicar mis penas en cualquier lugar, ... 

Soy infantil para muchas cosas e ingenua para otras, muchas otras veces paradita y casi siempre tímida. Esto no suele casar con la imagen que puedo dar de intrépida y decidida, de resuelta y listilla. Pero es así. Quien me conoce de años lo sabe y no se sorprende... En realidad, no sé por qué, pues yo misma no dejo de sorprenderme de lo peregrino de mis asociaciones de ideas y pensamientos a veces, que me parecen hasta dignos de estudio (para evitarlos, claro). El origen de mis problemas se reparte entre todo esto, la obsesión con que todo dios me aprecie y el tomarme todo como algo personal aunque no lo sea. No voy a profundizar en estas cuestiones ni en cómo me afectan en mi vida diaria. Como consecuencia, a veces me siento muy estúpida y otras me maldigo hasta la saciedad, aunque la mayor parte del tiempo lo único que provocan es que me tachen de rara, nada más. Y visto lo visto, un poco sí que debo serlo.

Pero esto va de defectos y no iba a hablar sólo de los míos. Pero eso sí, es bueno siempre hacer ejercicio de autocrítica, y eso a mí se me da muy bien.

La  verdad es que entiendo perfectamente a quien reniega de la sociedad en que vivimos. A veces no soporto el estar rodeada de gente cuando ésta es tan hipócrita y tan mezquina. La hipocresía es un gran mal muy extendido y muchos debieran aplicarse eso de que "hay que predicar con el ejemplo". Me encanta que la gente repruebe en otros comportamientos en los que ellos son auténticos expertos. Los envidiosos, además, suelen comportarse de modo mezquino, intentando resaltar lo que ellos creen que son defectos de otros (a menudo inventados o infundados), simplemente para que así puedan sentirse superiores. Les da igual si de esta manera pueden causar verdadero daño a quienes tienen  alrededor, es más, probablemente esto será otra ventaja más que encuentren en su forma de comportarse. Otros males toman también los corazones de muchos como el eogísmo, el sadismo y la falta de respeto a los demás o simplemente desprecio.

Defectos de los que es difícil huír son la inseguridad y la cobardía, creo que todos alguna vez hemos sido sus víctimas. Hay que intentar hacerles frente, pues si se apoderan de nosotros nos hacen caer en otros peores.

Evidentemente, para ser tales defectos han de estar integrados en nuestra personalidad, por lo que librarnos de ellos no es tarea fácil. Primero hace falta un ejercicio de autoconsciencia, especialmente si la situación es susceptible de que salga alguno a relucir, porque una vez asome tendremos que ser capaces de identificarlo, aislarlo y reducirlo. Yo aún estoy en proceso, pues es difícil, por no decir imposible, que alguna vez acabe. Así pues, si existe la intención y la voluntad, mucha suerte.

2 comentarios:

susej dijo...

Claudia. Por más que nos duela todos tenemos defectos. Y esto nos debe impulsar a dos cosas. Ser más tolerante con los defectos tanto nuestros como ajenos. Y por otro lado asumir que no podemos contentar a todos.
Y así te habla un tonto solitario, pero no por ello deja de ser cierto.
Son dos cosas sencillas, pero son las que te pueden ayudar a no tomar las cosas de forma tan personal, a mantener un poco la distancia, a no tomar todo tan en serio. Y por otro lado a ver que el aprecio lo tienes. Y que aunque no viene mal buscar más, no olvides que el principal aprecio lo tienes que encontrar enfrente del espejo.
Un abrazo.

Claudia dijo...

Palabras muy sabias, Jesús :)