martes, 7 de junio de 2011

La química

No voy a referirme aquí al concepto clásico de la palabra. El diccionario de la Real Academia Española, en su quinta acepción la define como la relación de peculiar entendimiento o compenetración que se establece entre dos o más personas. A mi parecer, la química siempre es entre dos (ya se sabe que tres es multitud), pero como tampoco me he adentrado en relaciones de más de dos individuos no me voy a poner a discutirle a la Academia. El resto de la definición es una bonita forma de explicar lo inexplicable. Puede llamarse entendimiento, puede llamarse compenetración, puede llamarse atracción mutua, pero es todo eso y aún nos quedamos cortos. Es todo eso, aunque puede estar en una faceta o en varias, ser completa o parcial. La química es complicada, habría que hacer todo un tratado sobre ella y aún no terminaríamos de entenderla.

¿Por qué hay o no hay química? Yo, particularmente, no lo sé. Se me ha presentado el caso de querer tener química con alguien que me atraía y que no existiera en absoluto, y justamente el contrario, preguntarme fríamente qué me atraía de ese tío para que hubiera tanta química. Es evidente que una mínima atracción ha de haber, no vas a tener química con alguien que te repele. Lo curioso también es cuando una de las dos personas la siente pero la otra no: es como la diferencia entre la corriente eléctrica (que va únicamente en un sentido) y la corriente iónica (que va en ambos), aunque bueno, aquí ya nos meteríamos en el terreno de la física pese a que la corriente no sea algo que veamos. Curioso, ¿no? Porque cuando hablamos de una pareja y su química ahí que metemos el chispazo (que entraría en la física como tal) y, sin embargo, hablamos de física para referirnos sólo a lo que se puede captar con alguno de los cinco sentidos. Parece de locos.

El caso es que la química no es algo intencionado, no podemos afectarla a voluntad, no podemos hacer nada para sentirla o que otro la sienta, simplemente podemos disfrutarla cuando se da de forma recíproca. Además hay varios tipos de química, sexual y fraternal, por ejemplo: puedes mirarte con un amigo y conectar con su pensamiento sin necesidad de palabras o puedes acostarte con alguien que te haga elevarte hasta el séptimo cielo.

¿Es cuantitativa? Pues también, hay con quien se tiene más y con quien se tiene menos química, aunque no exista una vara de medir. Raramente cambia, está o no está, y cuando está, es como es. Si creías que no estaba y aparece es simplemente que en esa faceta no la habías notado porque probablemente estaba aún por explorar.

La química es una conexión, es complicidad pero es mucho más, todo eso que no sabes explicar pero puedes sentir, y siempre es algo bueno. Es real y esencial, merece la pena disfrutarse y en cuantos más aspectos se presente, mejor. Otra paradoja es que no se capte con los sentidos clásicos pero agudice éstos... y es que llega hasta el cerebro y altera nuestra percepción. No es magia, es sólo química.

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